La buena administracion política es el elemento primero de la felicidad de las naciónes, y para esto no basta que las leyes sean perfectas, es preciso que los gobernantes tengan las cualidades necesarias para hacerlas cumplir, sostenerlas y fomentarlas; y esto es bien sabido que no ha de entenderse de los primeros gobernantes de una nacion solamente sino también de loa gobernadores de las provincias y de todos los que tengan mas ó menos parte en la administracion.