¡Ah! No hace muchos dias que el jeneral Santander era el idolo delante del cual , muchos hombres con el título de sus amigos, ya particulares, ya políticos, quemaban inciensos con unas consideraciones que hubieran podido mui bien bautizarse con el nombre de abyectas adulaciones; i hoi estos mismos, sin que las circunstancias hayan variado i sin ningunas causas supervenientes, ya demuestran una conducta mui contraria, i parece que se hacen un deber se manifestarse sus enemigos.