"Las primeras horas de la mañana se pasaron en salar los restos del cafuche, y estirar su piel, para ponerla a secar al sol, a fin de que no se dañase. Entre tanto visitamos los anzuelos y la nasa, encontrando en la segunda un solo pez, de algunos quince centímetros de longitud, llamado vulgarmente lunarejo, por las pequeñas pintas blancas de que está manchada su piel escamosa, y que me entretuve en copiar, mientras se disponía lo necesario para emprender la jornada del día". 18 de febrero de 1873.