"Cerca de las once de la mañana llegamos a Puicuntí, lugar compuesto de tres grandes ranchos, junto a la orilla izquierda del río y en medio de una roza que comprenderá aproximadamente una hectárea de terreno. Los tres ranchos están colocados dando frente a una plazoleta, el uno mirando al noreste, el otro al suroeste y el tercero en línea perpendicular a los dos, con su puerta hacia el lado del río. Cuando llegamos al lugar a que ellos dan el nombre de puerto, donde hay una estrecha abertura en el monte, por la cual sube la senda hacia la ranchería, encontramos en él dos canoas amarradas, y en una de ellas una mujer y dos muchachos, que huyeron para dentro al ver aproximarse nuestra balsa". 22 de febrero de 1873.