"Por ser año de septenario, la concurrencia era muy grande. Numerosos grupos de labriegos, de raza indígena en su mayor parte, y familias acomodadas, llenaban literalmente el camino, dirigiéndose en alegre romería al santuario de Chiquinquirá, cada uno con su petate a cuestas, así hombres como mujeres, entre las cuales, algunas de mayores recursos eran conducidas en rocines o mulas, sobre anchos sillones, forrados de terciopelo azul o rojo, y galoneados de plata u oro, inclusas las gualdrapas, que cubrían a veces casi en totalidad sus cabalgaduras. Los hombres, que no iban a pie, montaban así mismo caballejos más o menos escuálidos, con anchas sillas chocontanas, el rejo de enlazar pendiente del arzón, y la oscura ruana de bayeta de las altiplanicies o la prenda de idéntica forma, y de tela blanca y ligera, propia de las tierras calientes". 22 de diciembre de 1871.